¿Qué es estar centrado?
Estar centrado e internamente congruente es una capacidad fundamental para hacer frente con éxito a las crisis, transiciones y transformaciones. También es un “estado de recursos” muy útil.
Las personas que practican las artes marciales (Karate, Judo, Kung Fu, Aikido, etc.), por ejemplo, a menudo hablan sobre la importancia de “centrarse” y estar calmado, incluso cuando están en medio de una intensa competición. De hecho, dicen que “si dan su centro a su opositor, ya ha perdido la competición”.
Cuando pierdes tu centro y te desasosiegas, empiezas a perder otros recursos y a menudo empiezas a trabajar contra ti.
Hay dos maneras de mantenerse centrado: asentado y fluyendo. Cuando “estás asentado”, arraigamos nuestro centro a un sitio, mientras se vuelve sólido y capaz para “soportar nuestra base” a pesar de cualquier fuerza que actúa contra nosotros. Cuando “fluimos”, nos movemos con cualquier fuerza que viene en nuestra dirección, sin perder nuestro centro. Las dos pueden ser estrategias apropiadas y útiles, depende de la situación en la que nos encontremos.
Energías arquetípicas y el centro.
Según Stephen Gilligan, hay tres “energías arquetípicas” fundamentales necesarias para completar con éxito la “jornada del Héroe”:
La fuerza (el poder, la determinación, la ferocidad),
La compasión (la ternura, la suavidad, la franqueza, la gentileza) y
El humor (las travesuras, la flexibilidad, la creatividad, la diversión).
La fuerza es necesaria para mantenerse comprometido y definir fronteras. La fuerza sin el equilibrio de las otras dos energías, la compasión y el humor, puede volverse violencia y agresión.
La compasión es necesaria para conectarse con otros, tener plenitud emocional y para dar y recibir eficazmente el apoyo necesario para crecer. No obstante, la compasión y suavidad sin la fuerza y el humor, puede llegar a ser debilidad y dependencia.
El humor es necesario para encontrar nuevas perspectivas, ser creativ@ y tener fluidez. El humor sin la fuerza y la compasión, sin embargo, puede llegar a ser cinismo e ironía.
Según Gilligan, es necesario mantener un equilibrio de estas tres energías, y “humanizarlas” trayéndolas hacia tu “centro”. Gilligan indica que cuando perdemos nuestro centro cualquiera de estas tres energías puede desintegrarse y desarrollar un “lado sombrío”.
La fuerza, por ejemplo, es la energía del “guerrero”. Cuando esta energía no está centrada, humanizada y equilibrada con las otras, entonces el guerrero se vuelve meramente en un asesino o destructor.
De forma similar, la compasión y el humor pueden tener su lado sombrío también. La clave es ser capaz de enraizar, activar e integrar estas energías para traerlas selectivamente “a través de” nuestro centro interior.
Una variación de este proceso diseñado por Stephen Gilligan es que un coach y un cliente pueden co-apadrinar estos recursos fundamentales uno al otro y en nuestro mundo del voluntariado tutelar o de acompañamiento, el o la voluntaria somos los coaches y las personas que acompañamos son nuestros clientes y podemos implementar estos recursos que todos tenemos para desarrollar una relación de acompañamiento con fuerza, compasión y humor desde el centro.


